Huérfanos digitales

19.05.2016 20:04

Yendo en contra de los avances de la tecnología en los diferentes campos profesionales, de los logros en la mejora de la calidad de vida y de la disminución del índice de mortandad, ahora nos encontramos frente a un nuevo término que ha provocado el uso excesivo e irresponsable de las tecnologías, “huérfanos digitales”.

Este nuevo grupo social está integrado por aquéllos que sufren el abandono, desinterés y/o desapego de los padres, por estar concentrados en sus aparatos tecnológicos y redes sociales.

Lo anterior, es un problema de aspecto social y familiar que, de no atenderse con prontitud y efectividad, puede ser causante no sólo de indiferencia y ruptura, sino de consecuencias antijurídicas futuras debido a la inestabilidad emocional de quienes lo padecen.

Resulta evidente que la atención que los padres o tutores deben prestar a sus hijos, se ha sustituido con el acercamiento de aparatos que, lejos de educar a los menores, sirven para distraerlos, renunciando con ello a la orientación, cuidado e interacción que padres e hijos deben desarrollar.

Día a día podemos observar que la dinámica infantil y adolescente se concentra en el crecimiento tecnológico, y no en la actividad física y mental que anteriormente prevalecía. Aquello ha reducido considerablemente la práctica de algún deporte, y en consecuencia, ha contribuido al crecimiento de los índices de obesidad. Aunado a lo anterior, el uso de la tecnología y la creación constante de aplicaciones, reduce la necesidad e interés de razonamiento; provoca deterioro físico a corto, mediano y largo plazo, pasando ante su abuso, de ser impulsores del desarrollo a enemigos de la integración, la salud, la convivencia y el trabajo.

Tal es el caso que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer ha clasificado los campos electromagnéticos producidos por los teléfonos móviles, como posiblemente carcinógenos. Además, el abuso de estos aparatos puede ocasionar cambios en la actividad cerebral, afección en el tiempo de reacción y los patrones de sueño, así como problemas visuales y auditivos.

Dicho lo anterior, resulta primordial actuar de manera responsable, privilegiando la prevención. Limitar el uso de teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras o cualquier otro dispositivo, a no ser que sea para fines educativos, de aprendizaje y, moderadamente, de distracción. No podemos permitir que aquellos representen distractores del cuidado y formación de los hijos.

Con lo anterior, no se pretende satanizar el uso de las tecnologías, más bien, se busca fortalecer el entorno familiar, la educación y cuidado de los hijos, garantizar la integración, la guía de los padres y el uso adecuado de las herramientas tecnológicas que la modernidad nos otorga como medios de transformación y no de retroceso.

Se pretende, además, proteger el bienestar de niños y adolescentes, quienes, si bien necesitan implicarse en el crecimiento tecnológico, deben encontrar un equilibrio en su crecimiento. Activar su cuerpo al igual que su mente, ser conscientes de los beneficios y perjuicios del uso excesivo de las tecnologías a fin de que, llegado el momento, sepan de igual forma guiar las futuras generaciones.

 

Extracto de la ‘Propuesta para regular el uso de dispositivos digitales’

Dip. Geraldine González Cervantes